lunes, 13 de febrero de 2012

Leonardo DiCaprio y La Playa (o la gran paradoja de nuestro mundo)

¡Hola, hola, hola!

Recuerdo una peli que vi hace algún tiempo, de título "La Playa", y de prota Leonardo DiCaprio, ya famoso mundialmente por "Titanic". En "La Playa" se nos narra la historia de un grupo de hombres y mujeres, todos occidentales, que han ido a parar juntos a una isla del pacífico. Todos tienen en común el haberse marchado de sus hogares en busca de nuevas experiencias que les den sentido a su existencia, mas bien vacía, y haber acabado encontrando aquella isla.



La isla es un auténtico paraíso para ellos: aguas cristalinas llenas de ricos peces, bellas palmeras colocadas a una distancia suficiente para poder colgar cómodas hamacas, plantaciones naturales de marihuana suficientes para poder estar de fumada y buen rollo el resto de sus vidas... ¡Qué mas pueden pedir! En un momento de la película, al ver el percal que tiene delante, Leonardo DiCaprio sólo puede decir: "Por fin he encontrado mi vocación: la búsqueda del placer".

¡Aaaahh! Pero la isla no deja de estar dentro del mundo, y el sufrimiento no tarda en aparecer también. Un tiburón ataca y mata a tres de los afortunados habitantes del paraíso marihuanero, matando a uno de ellos e hiriendo de gravedad a otro, que queda desde entonces postrado en una camilla, debatiéndose entre la vida y la muerte, entre gritos de dolor.
 
Aquel gran colega de la isla del buen rollo pasa a convertirse en un molesto problema. Sus gritos resultan fastidiosos para el resto de amigos, les hacen sentir dolor, en un lugar en el que precisamente el dolor no existe. La solución la ven clara: trasladarle en su camilla al bosque, lejos, y dejarle allí, así sus gritos de dolor nunca mas les harán sufrir.

"La Playa" me recordó enormemente a nuestro mundo de hoy, y sus habitantes a los hombres del siglo XXI.
 
Vivimos en una cultura que rechaza cualquier tipo de sufrimiento. Eso, por supuesto, no está mal, pues a ninguno nos gusta sufrir y no se debe buscar el sufrimiento como finalidad en sí mismo.

El sufrimiento, sin embargo, está presente en el mundo, y por mucho que queramos callarlo, construyéndonos nuestra perfecta playa particular, aparece cuando menos lo esperamos. En las playas hay tiburones que se escapan a nuestro dominio. Nadie está libre de situaciones en la vida que nos hacen sufrir.

Ante estas situaciones la solución que tristemente se nos da muchas veces (o, quizás, la buscamos nosotros) es la de mirar hacia otro lado, porque ojos que no ven... corazón que nos siente. El aborto aparece como la solución al "problema" de una chica que tiene un embarazo no deseado. La eutanasia es el remedio infalible que se presenta para finiquitar el "problema" de personas con enfermedades incurables (otro día hablamos de dónde quedan los límites de la expresión "enfermedades incurables").

Es la paradoja de la cultura actual: no quiere ver el sufrimiento y lo soluciona con la muerte.

Pero...  aunque los ojos no vean...  el corazón si que siente. La negación de lo que creemos que nos hace sufrir solo engendra al final un sufrimiento mayor (y cierto). Poco se nos habla de las profundas heridas que quedan en el corazón cuando los ojos miran para otro lado.

Sólo el Amor triunfa por encima del sufrimiento, sólo con la Caridad puede sanar esas heridas que el ser humano tiene en sus corazón. Sólo el Amor puede ser remedio infalible de la crisis que hoy vivimos.

Y digo mas: sólo si Dios se ha hecho hombre y ha sufrido hasta dar la dar la vida en muerte cruel la vida, con todo lo que ella conyeva (también el sufrimiento) puede tener sentido.

Por cierto, la peli de "La Playa" se me acabó haciendo mas bien aburrida, pesimista y previsible, así que no os la recomiendo.

Hasta mas leernos por aquí, querido lector. Dios te bendiga.

3 comentarios:

MDR dijo...

Creo que solo Dios llena nuestros vacíos.
Gracias por visitar Quiero Suicidarme.
DTB!!

Angelo dijo...

Una estupenda reflexión. Por eso hoy es la que elijo para aconsejar en mi blog. Menos mal que has desaconsejado la peli, porque en su tiempo no me atrajo nada y fue una de las que rechacé visualizar, y leyendo el principio de tu post ya estaba pensando que al final tendría que verla. Uffff.

Patxi Bronchalo dijo...

María: Gracias a tí y enhorabuena por tu blog. Me pasaré mas a menudo

Angelo: jejeje, muchas gracias¡ Haces bien. Hay cosas mejores en las que emplear el tiempo que en esta peli. Un abrazo